*texto por A. Escobar
*fotografías por Dani Metaz y Daniel Claudín
DÍA 1
Mediodía en Madrid, el sol no da tregua y, como en cada viaje, es necesario hacer un puzzle para llenar el maletero. Compartiendo coche salimos direccion Chipiona con la ilusión de olvidar el calor del castizo asfalto y entrando la tarde respiramos la humedad del océano que nos acerca al destino. Rotonda, rotonda, rotonda. Las gitanas hacen el agosto, «hielooo, hielooo» – gritan a los cuatro vientos. Despues de muchas vueltas por fin llegamos al camping de AlRumbo 2015, no hay consignas suficientes (¿qué hago con el mac?), las piquetas vuelan y las tiendas se montan solas pero todos tenemos algo en la mente: Calle 13, la familia de puertoriqueños que son el primer plato fuerte del festival.
Todos beben animados y cantan estribillos, llegó la hora, aunque nos cuesta entrar debido a los múltiples controles de acceso nos adentramos por un lateral casi hasta el escenario, donde René ya se soltó varios temas clave y hoy no parece que vaya a haber tregua. Cumbia de los aburridos, Latinoamerica, los temas iban sonando siempre con ardua proclama política entre medias pero sin ninguna pausa, facturando un conciertazo con mayúsculas.
Volvemos a la tienda tras dar el rodeo establecido (pocos puntos de acceso a recinto y camping) con ThunderClap partiéndola en la Dub Corner. Este soundsystem vasco, junto a DubStones, son los encargados de culturizar a unos tantos desconocedores de este popular estilo de música. Mientras nosotros recargamos fuerzas, Fyahbwoy revienta el escenario grande junto a Mr.Karty, donde los mas jóvenes se deleitan con el reggae-dancehall mas potente del país. Pero pronto había que volver a las trincheras, Dub Inc nos reclamaban con su mezcla de culturas y sonidos, un concierto ejemplar donde los más puristas disfrutaron como enanos. Para rematar el primer día Dj Fresh y Noisia salían al escenario, personalmente esperaba mucho más de ellos pero esta claro que la gente lo disfruto.
DÍA 2
Dormir era imposible en el camping, calor, vientos huracanados autóctonos, la sombra era un preciado tesoro en el festival, suerte que cerca del recinto había varias zonas verdes que servían de cama a los mas desesperados y en las duchas el agua corría las 24 horas (¿no es mucho desperdicio para un festival green?). Después de descansar decidimos conocer Rota, tierra de navieros, y su pescaíto nos ayuda a volver a la vida. De vuelta se escucha a lo lejos Canteca de Macao, los madrileños se sienten como pez en el agua en el sur y sus fans se lo agradecen.
Después de otro largo paseo más al camping aterrizamos en Chambao que es la previa perfecta para la llegada de Ms. Lauryn Hill. Con media hora de retraso apareció la americana ataviada con sombrero y vestido blanco impoluto, sentada con su guitarra adormeció a un personal que no sabía bien qué estaba pasando. Por fin se levantó y soltó la guitarra con Ready or Not, To Zion o Killing me softly, un show idéntico al del pasado Rototom. Es bochornoso verla mover a los músicos como si de marionetas se tratase, enfadada y cortante con los suyos.
Desde que comenzó el concierto de Lauryn Hill ya tenían todo preparado los sevillanos de Sfdk pero, cuando tuvieron ocasión de soltar su lírica, los problemas con el micro afearon su show. Sin despistarnos aparecieron Asian Dub Fundation que a pesar de ser no más de cinco levantaron al publico principalmente con su himno Fly Over y acabamos la noche en el dub, como no podía ser de otra manera. Steve Aoki, en su línea circense de postureo y fuegos artificiales.
DÍA 3
Ya en el tercer día las fuerzas empezaban a flaquear pero decidimos darlo todo desde el primer minuto. Un paseo por la playa dejaba ver a simple vista lo guarra que es la gente, montañas de residuos se agolpaban entre los asiduos bebedores, un verdadero asco que denota falta de previsión y al que no se le puso solución hasta el domingo. Pero vamos con lo musical: unas palmitas en Mártires del Compás y a bailar con Caravan Palace que inexplicablemente actuaban aún con sol. Reivindicando un cartel más equitativo saltó Amparo Sanchez, gordita pero sabrosa, que nos metió el hambre en el cuerpo mientras nos preparábamos para la llegada los angelinos Cypress Hill.
Sentados desde el comedor se podian divisar las ordas de raperos dirigiendose al escenario, nadie quería perderse el penúltimo plato fuerte. Para no variar Cypress Hill dieron todo de sí, no falto ningún tema y eso se agradece. Tras ellos, uno de los placenteros descubrimientos del festival fueron Tokio Ska. Los asiáticos, todos con su correspondiente sombrero, supieron dar una lección de como comportarse en un escenario y nos lo pusieron difícil para llegar a OBF que abarrotaba por fín la zona Dub.
No falto su himno Mandela o Dub Controler para nuestro gusto y disfrute, aunque muchos no entiendían aún lo que eran esos bajos que salían de las torres de altavoces, y para terminar nos dirigimos a Buraka Sound System que botaban ya en el escenario principal, un desfase de live como acostumbran.
Casi sin darnos cuenta los tres días de conciertos terminaban y el sol nos obligaba a buscar la forma de escapar de sus rayos. Tres días de ritmos, paseos y más paseos, duchas nocturnas, esperas, risas, descubrimientos, buena música y buen rollo.